Benito bendito. Cada vez que regreso de la Ruta del Sol esos dulces de La Entrada vienen subidos en mis caderas. Pistolas! Llegaron a Guayaquil, más bien Samborondón. Ese bendito pie de maracuyá que es mi locura ya no podrá con la distancia, nada podrá separarnos ahora. Los que los han probado estos postres saben de lo que hablo y los que no, no tomen mi palabra y compruébenlo bajo su propio riesgo, el peligro está en que su paladar los lleve constantemente detrás de pasteles de chocolate, coco, pies y cheesecakes de frutas por los siglos de los siglos. La fama de Benito se extiende por toda la costa hasta el Río Guayas, larga vida Benito y sus manjares, he dicho.
miércoles, 12 de mayo de 2010
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1 comentario:
Oh sí, el gran Benito, que maravilla de dulces, lo mejor es que no son una copia de ninguno de los que se encuentran en guayaquil que solo cambian de nombre...estos tienen su propia personalidad! Tan fanática soy que lo incluí en uno de mis post, te dejo el enlace.
Saludos!
http://micafeblog.blogspot.com/2009/08/para-los-amantes-de-jude-law-y-la-buena.html
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