Cuando veía llegar cientos de buses turísticos a Salinas me iba bien lejos, sin saber que a pocos metros estaba La Milina, esa playa escondida y solitaria entre el Paseo Shopping y San Lorenzo.¿Será que el nombre viene de la Milina griega? porque nada es casual. Lo que sí creo es que es una playa popular porque casi nadie sabe que existe y además porque quienes la conocen dicen que hay piedras que impiden disfrutar del mar. Y no es cierto, hay áreas absolutamente agradables, sin piedras y tranquilas para relajarse. Y sí, hay piedras, acomodadas para proteger las casas que dan a la playa. Son inofensivas.
La Milina es un barrio, o lo que podría ser uno, pero tiene un acabado no acabado. Es un sitio que quiso ser y se quedó en la mitad del camino. Solares abandonados con matorrales crecidos, solares con casas inconclusas, terrenos con casas sin ventanas o con ventanas de donde salen hierbas, arbustos, flores naturales.
En La Milina no hay vías de acceso asfaltadas, hay una iglesia pequeña donde van los pocos pobladores nativos de este barrio típico de playa, que tiene una magia especial, como si el tiempo no hubiera pasado por él.
Y siempre hay sol, y siempre hay playa para hacer lo que se quiera. No hay más qué pedir…bueno sí, un buen bloqueador solar.
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